jueves, 18 de septiembre de 2008

LA FELICIDAD Y LA MISION PERSONAL

La felicidad y La Misión Personal

¿Se puede alcanzar la felicidad?

Todo el mundo se pregunta si es posible ser feliz. Algunos, tal vez no saben qué es la felicidad y otros intentan minimizar su alcance, argumentando que solo es posible ser felices por instantes.
Muchas de las personas que me consultan tienen esta última idea: han experimentado momentos de dicha pero no pueden sostenerla en el tiempo. Parece un bien preciado pero difícil de lograr a tiempo completo.

Para saber algo más sobre este tema, también, deberíamos saber qué es la felicidad y qué se experimenta en estado de felicidad, si alguien alguna vez fue feliz y si es posible ser feliz en un 100 por ciento del tiempo.

Qué es la felicidad: no es sencillo definir algo tan amplio y abstracto. Sabemos que no es un estado emocional, pero que provoca emociones. Sabemos que no es un estado mental, pero nos sentimos relajados.
La felicidad es un estado del ser, es un estado de la conciencia en donde se alcanza una gran plenitud, paz y equilibrio en todos los aspectos humanos.
Al decir que es un estado, quiero significar que es un nivel, una dimensión dentro del ser que está relacionado con la energía. Es una vibración. Es como alcanzar una nota de la escala musical que suena tan bien, que podemos decir que todo es perfecto.
Es armonía, luz, sonido y especialmente amor.

La felicidad es un estado en el que se experimenta la completud. La persona siente que no le falta nada, que está completo en su masculino-femenino, en su energía cielo-tierra. Que no necesita nada y encuentra una verdadera sensación de paz interior. Se vuelve armoniosa y calma y siente una alegría suave casi imperceptible.

La felicidad está relacionada con el equilibrio de todas las fuerzas, dentro y fuera del ser (si existiese tal división), en donde la persona se encuentra inocente como un niño y con un estado de sana curiosidad y de permanente asombro. En donde logra maravillarse por cada sencillo evento de la vida.

La felicidad es un estado de unión en donde la persona se siente en comunión (que significa “comun-union”) con todo: con la naturaleza, con sus congéneres, con las estrellas y con las situaciones de la vida. Es el Todo y una parte del Todo al mismo tiempo.

La felicidad es la síntesis de la conexión con el ser superior o divinidad que cada uno tiene que nos hace ser absolutamente libres y amorosos.
El cuerpo está en armonía, las emociones son suaves y agradables y los pensamientos son positivos y de aceptación hacia todo lo creado.

Con esta descripción completamos los puntos 1 y 2 planteados al comienzo.

¿Alguien alguna vez fue feliz?
Tal vez sea difícil de contestar algo que es tan subjetivo y que depende de experiencias y sensaciones difíciles de colocar en algún parámetro.

Sin embargo, me atrevo a decir, que muchos de los seres que han transitado la Tierra, en calidad de maestros, han sido absolutamente felices. Y esto ha sido así por su plena conexión con la divinidad.
De manera que para seguir profundizando en este aspecto, habrá que conocer la vida de seres que ya no están encarnados y de algunos que si. Observen esto atentamente.

También existen seres felices por que viven en un entorno natural, por que tienen pensamientos y actitudes simples y por que de su ser emana compasión y solidaridad.

¿Es posible ser feliz en un 100 por ciento del tiempo?

Como seres divinos que somos, la respuesta es sí.
La felicidad entonces, dependerá de alcanzar un estado vibratorio, una vida que sea vivida desde el observador que hay en cada uno, que está en la Tierra pero que no se identifica con las cosas de la Tierra.
Es un estado de expansión, de liviandad, de bienestar y de conexión con lo más profundo del ser que representa la conexión con todo lo que nos rodea.

Estado de inocencia:
La felicidad se alcanza, haciendo a cada momento lo que uno siente profundamente como su propia verdad. Sin condicionamientos previos y en un estado de alegre inocencia.
Así es como se va tejiendo el cumplimiento de la Misión Personal.
Cada ser deberá encontrar dentro de sí mismo, aquella actividad que lo haga realmente pleno y feliz. Es como hacen los niños cuando juegan y eligen un rol y se abstraen con pasión a su tarea.

La Misión personal y el hecho de llevarla a cabo es el punto de inflexión para crear una nueva humanidad, basada en elecciones libres y en el amor y la gratitud por todo.

Imaginemos un mundo en donde todos desarrollan la tarea que los hace feliz. Por consecuencia, no habría más hambre, ni guerras, ni conflictos.
Sería el mundo ideal, el lugar hacia donde nos dirigimos rápidamente.

Descubrir la Misión Personal, es el máximo desafío que nos impone la vida.
Atrévete a descubrirla.

AUTORA DESCONOCIDA

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